El mes pasado se publicó en la revista JAMA un artículo que aborda la confusión en las actuales guías clínicas sobre el tiempo de seguimiento de la prevención de recidiva en una paciente que padeció un primer cáncer de mama. Tras su análisis sugieren una cesación de dicho seguimiento tras considerar la expectativa de vida, el riesgo estimado para eventos subsecuentes en la mama y las preferencias del paciente.
Resumen
Importancia
Aproximadamente entre el 4% y el 5% de las supervivientes del cáncer de mama desarrollarán un nuevo cáncer ipsilateral o contralateral durante los 5 años posteriores al diagnóstico, y se recomienda una mamografía de vigilancia anual para aquellas con tejido mamario residual. El riesgo de estos eventos en la mama persiste con el tiempo, aunque el aumento de la edad en el diagnóstico de cáncer y el tratamiento con terapia hormonal se asocian con menor riesgo, y la mayoría de los supervivientes de cáncer de mama morirán finalmente de causas no relacionadas con el cáncer. Son limitadas las directrices específicas para las estrategias de vigilancia en pacientes de edad avanzada. No existen datos prospectivos sobre los beneficios y los daños de la mamografía de vigilancia en esta población, y la mayor parte de la evidencia se obtiene a partir de datos retrospectivos observacionales, a menudo en la población general.
Observaciones
Examinamos las recomendaciones actuales para la detección y la vigilancia del cáncer de mama en pacientes mayores, las pruebas actuales de los riesgos de cáncer de mama ipsilateral y contralateral en los supervivientes de cáncer de mama y sugerimos enfoques para las discusiones sobre mamografías de vigilancia con pacientes mayores. Recomendamos la toma individualizada de decisiones para la imagen de mama de vigilancia en los supervivientes de cáncer de mama mayores, teniendo en cuenta la siguiente estrategia para las mujeres de 70 años o más: 1 prueba de imagen 6 a 12 meses después de la terminación de la terapia local seguida de mamografía anual o bienal de vigilancia para las mujeres sanas y el cese de la mamografía en pacientes cuya esperanza de vida es de menos de 5 años a 10 años, independientemente de la edad. Las decisiones sobre la vigilancia mamográfica también deben incluir si se está administrando terapia hormonal, si la expectativa de vida de un paciente es extraordinaria y si el riesgo individual de un paciente para eventos mamarios es mayor (o menor) que el riesgo promedio para sobrevivientes de cáncer de mama.
Conclusiones y relevancia
Proponemos replantear las discusiones alrededor de la mamografía de vigilancia en sobrevivientes de cáncer de mama más mayores y considerar la cesación teniendo en cuenta la expectativa de vida, el riesgo estimado para eventos subsecuentes en la mama y las preferencias del paciente