Teresa Martínez Rodríguez es una experimentada gerontóloga española que ha publicado en 2016 «La atención centrada en la persona en los servicios gerontológicos: Modelos de atención y evaluación»

En este libro nos explica que la Atención Centrada en la Persona (ACP) busca la personalización de la atención entendiendo que cada individuo se construye como persona en procesos de interdependencia y comunicación con los demás. Pretende que cada persona (incluyendo también a quienes tienen mermada su autonomía) tome un papel de agente central y en la medida de lo posible, activo. El objetivo no es sólo individualizar la atención sino empoderar a la persona, dándole los apoyos que precise, para que ella, bien directamente bien con el apoyo de quien la representa o cuida, pueda seguir gestionando su vida y tomando sus decisiones.

Una manera muy práctica de aplicar este modelo se muestra en el siguiente sitio web gestionado por la misma autora: La Atención Centrada en la Persona

En el capítulo 1.4 sobre la ACP en el ámbito de la atención sanitaria, la autora, nos hace una recopilación de las aportaciones que historicamente ha ido haciendo la medicina a este modelo de relación con los pacientes y que aquí extractamos (con cierta extensión en esta ocasión) como primera entrega de los comentarios a los aportes que puede representar este libro:

Aportaciones a la ACP desde la medicina

En primer lugar, cabe mencionar lo que se ha venido denominando bajo el término “medicina centrada en el paciente”.  Éste fue un término introducido por Michael Balint (1896-1970) en Inglaterra en la década de 1950 en contraposición a la medicina centrada en la enfermedad (Stewart & Brown, 2003).

  • Prado (2012) relata que, tras su origen, durante los años 80 y 90 fueron fundamentalmente dos escuelas las que retomaron esta nueva aproximación de la relación médico-paciente e iniciaron líneas de investigación de especial interés relacionadas con una visión de la medicina vinculada a la comunicación centrada en el paciente.
    • La primera fue la desarrollada desde la Universidad Western Notario (Canadá) donde se formuló el modelo de Comunicación Centrado en el Paciente (Stewart & Roter, 1989; Stewart et al., 1995) que integra seis componentes: exploración de la enfermedad y de la vivencia de enfermedad; tener en cuenta a la persona completa con su contexto; buscar acuerdos con el paciente; incorporar prevención y promoción de la salud; cuidar la relación médico-paciente y, finalmente, hacer todo de forma realista y aplicable. A la vez que definen el modelo desarrollan todo un sistema de aprendizaje práctico, y lo que es más importante, un modelo de evaluación que les permite empezar a demostrar su utilidad en la práctica clínica.
    • La segunda fue liderada por el británico Pendelton (Pendleton & Hasler, 1983; Pendleton, Schofiled, Tate, & Havelock, 1984) enunciando este nuevo enfoque desde una aproximación conceptual muy similar.
  • Posteriormente, Mead & Bower (2000), reconociendo las limitaciones del modelo biomédico, en una revisión realizada sobre la medicina centrada en el paciente han propuesto cinco dimensiones: perspectiva biopsicosocial, el paciente como persona, poder y responsabilidad compartida, alianza terapéutica y el médico/a como persona. Además de estas dimensiones, la promoción de la salud también ha sido citada por distintos autores como elemento crucial en este enfoque (Stevenson, 2002; Stewart, 2001).

En segundo lugar, la “ACP” también ha sido objeto de atención desde la perspectiva de las distintas especialidades médicas.

  • Así este enfoque ha sido acogido con especial interés en el abordaje de las enfermedades crónicas y la rehabilitación (Michie, Miles, & Weinman, 2003; Renders et al., 2000), la salud mental (Blank, 2004; Corring & Cook, 1999; Meek, 1998; Yurkovich, Smyer, & Dean, 1999); la rehabilitación (Cott et al., 2001), los cuidados paliativos (Ashby & Dowding, 2001; Black, 2004; Chaplin, 2004; Tobias & Hamilton, 2002) o la medicina de familia (Ryburn, Wells, & Foreman, 2008), existiendo abundante literatura al respecto, tanto referida a la conceptualización del enfoque ACP en estos distintos campos de la salud como a las prácticas desarrolladas y la eficacia lograda (Duncan, 2011; IOAP, 2007; NARI, 2006). Aunque en función del contexto clínico pueden variar el énfasis puesto en algunos elementos, estas aproximaciones comparten la filosofía común descrita.
  • En España el interés hacia la ACP en el campo de la medicina es todavía muy reciente. Las publicaciones en geriatría son todavía muy escasas (García, 2014) y las aplicaciones prácticamente inexistentes. Sin embargo, sí se han realizado algunas aportaciones de interés desde otras especialidades, especialmente desde el campo de la atención primaria y la medicina de familia (Borrell, 2011; Coppolillo, 2013).

Cabe finalmente llamar la atención sobre la tendencia actual de sustituir el término “medicina centrada en el paciente” por “medicina o práctica clínica centrada en la persona” reconociendo lo que en sí aporta el concepto “persona” frente a “paciente”.

  • En esta línea cabe la creación en el año 2011 de la International Network for Person-centered Medicine, cuyo objeto básico es impulsar la reflexión y la generación de conocimiento sobre distintos temas relacionados con este enfoque innovador de la medicina. Mezzich (2010) apunta que esta red internacional tiene como principal propósito el desarrollo de oportunidades para una re-examinación crítica de la medicina y la atención a la salud y del lugar central de la persona en ellas. Se busca la promoción de una medicina de la persona (de la totalidad de la salud de la persona, incluyendo la enfermedad y aspectos salutogénicos), para la persona (promoviendo el cumplimiento del proyecto de vida de cada quién), por la persona (con los clínicos cultivándose como seres humanos plenos, científicamente responsables y con altas aspiraciones éticas), y con la persona (trabajando respetuosa, colaborativa y empoderativamente con la persona que consulta) (Mezzich, Snaedal, van Weel, & Heath, 2009).
  • Entre los elementos claves de la Medicina Centrada en la Persona se citan los siguientes:

a) un amplio marco teórico biológico, psicológico, social, cultural, y espiritual;

b) la atención tanto a la salud enferma como a la salud positiva,

c) la investigación centrada en la persona sobre el proceso y resultados de la comunicación clínico-paciente-familia, el diagnóstico, el tratamiento, la prevención, y la promoción de la salud, y

d) el respeto por la autonomía, responsabilidad y dignidad de cada persona involucrada, y la promoción de alianzas (Mezzich, Snaedal, van Weel, & Heath, 2010a,b).