La quinta enfermedad fue nombrada así porque ocupaba el quinto lugar entre varias enfermedades que comúnmente provocaban sarpullidos en los niños antes de la era moderna de las vacunas. Otras cuatro enfermedades que vale la pena mencionar son el sarampión, la varicela (viruela boba), el sarampión alemán (sarampión de 3 días, rubéola) y la roséola. Es posible que también escuche que la quinta enfermedad se llama «enfermedad de la mejilla abofeteada» o «enfermedad de la cara» por el sarpullido que es posible que aparezca en la cara. El nombre médico para la quinta enfermedad es eritema infeccioso.

Recientemente parece estar habiendo un brote de Eritema infeccioso por lo que insertamos a continuación el capítulo dedicado a este problema por la fiable institución KidsHeath y que está dirigida sobre todo a presentar información fiable a las familias (aunque también puede resultar de gran utilidad para los profesionales).

La quinta enfermedad, que es especialmente común en los niños de entre 5 y 15 años, suele producir un sarpullido rojo característico en el rostro, que hace parecer que al niño le «abofetearon la mejilla». Después, el sarpullido se extiende al tronco, los brazos y las piernas.

Acerca de la quinta enfermedad

La quinta enfermedad es en realidad una enfermedad viral de la cual la mayoría de los niños se recuperan rápidamente y sin complicaciones.

La quinta enfermedad (también denominada «eritema infeccioso») es causada por el parvovirus B19. El virus humano parvovirus B19 no es el mismo parvovirus que preocupa a los veterinarios en las mascotas, en especial en los perros, y no se puede contagiar de los humanos a los animales ni viceversa.

Los estudios demuestran que, si bien entre el 40 % y el 60 % de los adultos de todo el mundo presentan evidencias de laboratorio de haber sufrido una infección con el parvovirus B19, la mayoría no recuerda haber tenido síntomas de la quinta enfermedad. Por este motivo, los expertos creen que la mayoría de las personas con una infección por B19 tienen síntomas muy leves o no presentan ningún síntoma.

La quinta enfermedad se da en todo el mundo. Los brotes suelen ocurrir a fines del invierno y principios de la primavera, pero puede haber casos esporádicos de la enfermedad a lo largo de todo el año.

Signos y síntomas

La quinta enfermedad comienza con fiebre moderada, dolor de cabeza y síntomas leves similares a los de un resfriado (congestión o goteo nasal). Estos síntomas desaparecen y la enfermedad parece haber terminado, pero unos días más tarde, se presenta un sarpullido.

El sarpullido rojo brillante suele comenzar en el rostro. Varios días más tarde, el sarpullido se extiende y aparecen manchas rojas (en general, de un color más claro) que avanzan hacia el tronco, los brazos y las piernas. El sarpullido no suele aparecer en las palmas de las manos y las plantas de los pies. A medida que el centro de las manchas comienza a aclararse, el sarpullido toma el aspecto del encaje. Los niños menores de 10 años tienen más probabilidades de presentar el sarpullido.

Los niños mayores a veces se quejan de picazón en el sarpullido, pero la mayoría de los niños que tienen el sarpullido no parecen estar enfermos y ya no tienen fiebre. Algunos estímulos (incluida la luz del sol, el calor, el ejercicio físico y el estrés) pueden reactivar el sarpullido hasta que desaparece por completo. Esto puede demorar entre 1 y 3 semanas, y durante este tiempo tal vez parezca empeorar hasta desaparecer totalmente.

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Otros síntomas que pueden aparecer con la quinta enfermedad incluyen ganglios inflamados, ojos rojos, dolor de garganta, diarrea y, en raras ocasiones, sarpullidos con ampollas o moretones.

En algunos casos, en especial en los adultos y los adolescentes, después de un ataque de la quinta enfermedad puede aparecer dolor o inflamación en las articulaciones (con frecuencia, en las manos, las muñecas, las rodillas y los tobillos).

Contagio

Una persona con una infección por parvovirus tiene más probabilidades de contagiar antes de que aparezca el sarpullido: ya sea durante el período de incubación (el momento entre la infección y la aparición de los síntomas) o cuando solo presenta síntomas respiratorios leves.

El sarpullido es un resultado de la reacción del sistema inmunitario que aparece cuando la infección ya pasó; por lo tanto, los niños no suelen contagiar una vez que presentan el sarpullido.

El parvovirus B19 se transmite fácilmente de persona a persona a través de los líquidos de la nariz, la boca y la garganta de la persona infectada; en especial, a través de las gotas que se liberan al toser y estornudar.

En las casas en las que hay un niño con la quinta enfermedad, los demás integrantes de la familia que no han tenido parvovirus B19 tienen un 50 % de probabilidades de contagiarse la infección. Los niños con la quinta enfermedad pueden asistir a la escuela o la guardería, porque ya no contagian. Una vez que se infecta con el parvovirus B19, una persona desarrolla inmunidad al virus y es poco probable que vuelva a infectarse.

La infección con parvovirus B19 durante el embarazo puede provocar problemas en el feto. Algunos fetos pueden desarrollar anemia grave si la madre se infecta durante el embarazo; particularmente si la infección ocurre durante la primera mitad del embarazo. En algunos casos, esta anemia es tan grave que el feto no sobrevive. Afortunadamente, cerca de la mitad de las mujeres embarazadas son inmunes debido a que ya han tenido una infección con parvovirus. Menos del 5 % de las mujeres que se contagian durante el embarazo tienen problemas graves.

Prevención

No existe una vacuna para la quinta enfermedad y no hay ninguna manera de prevenir el contagio del virus. Aislar a una persona con la quinta enfermedad no impide el contagio de la infección porque la persona ya no suele contagiar en ese momento.

Siempre es una buena idea mantener la higiene, en especial el lavado de manos frecuente, ya que puede ayudar a prevenir el contagio de muchas infecciones.

 

Incubación

El período de incubación (el tiempo que transcurre entre el momento de la infección y la aparición de los síntomas) de la quinta enfermedad va de 4 a 28 días, con un promedio de entre 16 y 17 días.

Duración

El sarpullido de la quinta enfermedad suele durar entre 1 y 3 semanas. En unos pocos casos de niños mayores y adultos, la inflamación y el dolor de las articulaciones debido a la quinta enfermedad dura varios meses e incluso algunos años.

Diagnóstico

Por lo general, los médicos pueden diagnosticar la quinta enfermedad por el sarpullido característico en el rostro y el cuerpo. Si un niño o un adulto no tiene un sarpullido, pero ha estado enfermo durante un tiempo, es posible que el médico realice análisis para ver si la enfermedad puede deberse al parvovirus B19.

Tratamiento

La quinta enfermedad es provocada por un virus; por lo tanto, no se puede tratar con antibióticos (los antibióticos matan a las bacterias, no a los virus). Si bien existen medicamentos antivirales, actualmente no hay ninguno disponible para tratar la quinta enfermedad. En la mayoría de los casos, se trata de una enfermedad tan leve que no es necesario tomar ningún medicamento.

En general, los niños con la quinta enfermedad se sienten bastante bien y no necesitan mucho tratamiento en el hogar, aparte del reposo. Una vez que hayan pasado la fiebre y los síntomas leves de resfriado, será poco lo que quede por tratar, excepto por alguna incomodidad causada por el sarpullido.

Si su hijo tiene picazón debido al sarpullido de la quinta enfermedad, pregúntele al médico cómo puede aliviar el malestar. Es probable que el médico también le recomiende acetaminofeno para la fiebre y el dolor en las articulaciones.

Complicaciones

La mayoría de los niños con la quinta enfermedad se recuperan sin complicaciones. Para el momento en el que aparece el sarpullido y mientras está presente, los niños suelen sentirse bien y han retomado sus actividades habituales.

Sin embargo, algunos niños con el sistema inmunitario debilitado (como los que tienen SIDA o leucemia) o con ciertos trastornos de la sangre (como anemia falciforme o anemia hemolítica) pueden enfermarse de manera significativa con el parvovirus B19. El parvovirus B19 puede hacer más lenta o detener la producción del organismo de glóbulos rojos que transportan oxígeno, lo cual provoca anemia.

Cuando un niño es sano, esta reducción en la velocidad de producción de glóbulos rojos suele pasar desapercibida porque no afecta su salud general. Pero algunos niños que ya están anémicos, pueden enfermarse si la producción de glóbulos rojos se ve aún más afectada por el virus. Los niveles de glóbulos rojos puede caer a niveles peligrosamente bajos y esto afecta el suministro de oxígeno a los tejidos del organismo.

Cuándo llamar al médico

Llame al médico si su hijo tiene un sarpullido, en especial si el sarpullido está diseminado por el cuerpo o acompañado de otros síntomas.

Si está embarazada y tiene un sarpullido o si ha estado con alguna persona con la quinta enfermedad (o con una persona con un sarpullido inusual), comuníquese con su médico o su partera.