En Chilbirth connection aparece publicada una información que advierte sobre los riesgos de una excesiva medicalización del parto.

 

La Cascada de la Intervención en el parto

Muchas cosas en la vida tienen consecuencias no deseadas: pueden o no tener el efecto que queremos, ya veces tienen efectos no planificados y posiblemente no deseados.

Muchas intervenciones de cuidado de la maternidad tienen efectos no deseados durante el trabajo de parto y el nacimiento. A menudo estos efectos son nuevos problemas que se «resuelven» con una intervención más intensa, lo que a su vez puede crear aún más problemas. Esta idea de que el uso de una intervención puede llevar a la necesidad de más intervenciones se denomina «cascada de la intervención».

Las prácticas relativas a la maternidad que pueden conducir a una cascada de intervención incluyen:

 

  • Usar varios medicamentos para inducir el parto.
  • Romper artificialmente las membranas que rodean al bebé y liberar el líquido amniótico antes o durante el parto.
  • El uso de la medicina llamada ocitocina sintética («Pitocin») para hacer que el parto vaya más rápido.
  • Dar medicamentos para aliviar el dolor.
  • Parir en la cama versus estar en posición vertical y moverse.


En muchos casos, estas prácticas causan problemas porque interrumpen la fisiología normal del embarazo, el trabajo de parto y el nacimiento:

  • Interfiriendo con las hormonas que mueven el parto y el nacimiento.
  • Creando oportunidades para la infección.
  • Teniendo efectos no deseados en su bebé.
  • Hacer que sea más difícil para usted empujar a su bebé.


Cuando ocurren estos efectos, las mujeres pueden sentir que sus cuerpos les han fallado, sin darse cuenta de que las cosas que salieron mal podrían haber sido provocadas por las prácticas excesivamente interventoras relativas a la maternidad.

 

Limitación de la cascada de intervención

Casi todas las intervenciones tienen algún potencial de causar daño. Usted debe tener cuidado al decidir si va a facilitar una intervención. Le recomendamos que acepte sólo aquellas intervenciones que tienen más probabilidades de ofrecer beneficios que daños. Al evaluar los posibles beneficios y perjuicios, es importante contar con la mejor evidencia disponible sobre los efectos potenciales y considerar cómo se siente acerca de los posibles resultados. También es importante conocer otras opciones que pueden estar disponibles. Encontrará una gran cantidad de esta información en la sección Dar a luz de este sitio web.

Desafortunadamente, es imposible predecir de antemano exactamente lo que puede ocurrir durante su trabajo de parto y nacimiento, o cómo una intervención dada puede afectarle a usted o a su bebé. La mejor manera de limitar una cascada de intervención es informarse, responder a todas sus preguntas y poner en marcha planes de antemano que ayudarán a evitar intervenciones potencialmente dañinas.

 

Estos son algunos consejos para evitar intervenciones innecesarias:

  • Elija un proveedor de cuidado y un entorno de parto que tenga bajas tasas de uso de las intervenciones excesivas más comunes.
  • Familiarícese con la mejor investigación disponible sobre las intervenciones que más probablemente desencadenarán una cascada de la intervención, incluida la inducción del parto, la analgesia epidural y otros medicamentos para el dolor y la cesárea.
  • Tenga una conversación abierta y respetuosa con su proveedor de cuidado sobre por qué necesita alguna intervención recomendada. Es ideal tener esta conversación antes de que necesite la intervención para que pueda expresar sus deseos y discutir planes.
  • Hable con su proveedor de cuidado acerca de opciones como «esperar atentamente» (no hacer nada y esperar a que el parto avance por sí solo) o usar alternativas más sencillas y menos invasivas.
  • Conozca los beneficios del apoyo continuado al parto y considere la posibilidad de contratar a una doula para ayudarla a alcanzar sus objetivos.
  • Comunique claramente sus deseos a sus proveedores de cuidado y obtenga el apoyo de su cónyuge, pareja, doula u otros compañeros para reforzar sus deseos durante el trabajo de parto y el nacimiento.

Sepa que tiene el derecho de aceptar o rechazar los procedimientos, los fármacos, las pruebas y los tratamientos, y tener consideración con sus opciones.

 

La Cascada de la Intervención en Acción

La analgesia epidural es un buen ejemplo de la cascada de la intervención. Puede proporcionar alivio del dolor muy eficaz durante el parto, pero también aumenta el riesgo de experimentar una caída repentina de la presión arterial, un parto más largo, dificultad para moverse, dificultad para orinar, dificultad para empujar al bebé, fiebre y otros efectos negativos.

Las intervenciones como la monitorización fetal electrónica y los líquidos intravenosos se usan a menudo con epidurales para monitorizar, prevenir o tratar estos efectos. Y otras intervenciones se hacen más probables (oxitocina sintética para fortalecer las contracciones, catéter para vaciar la vejiga, extractor de vacío o fórceps para ayudar a mover al bebé). Estos a su vez pueden tener efectos secundarios que conducen al uso de más intervenciones.

Los bebés también pueden verse afectados. Por ejemplo, las epidurales aumentan la probabilidad de una mujer de desarrollar fiebre, lo que puede hacer que los médicos se preocupen de que el bebé tenga fiebre. Esto lleva a análisis de sangre y antibióticos para el bebé después del nacimiento. También pueden ser observados en un entorno especial, que puede interferir con el vínculo madre-bebé y la lactancia.