Según el Instituto Nacional del Cáncer:
La Atrofia vaginal es una afección por la que los tejidos que revisten el interior de la vagina (canal del parto) se adelgazan, secan e inflaman. La causa es la disminución en la cantidad de estrógeno (una hormona femenina) elaborada por el cuerpo. Los síntomas de la atrofia vaginal son sequedad, picazón y ardor en la vagina, además de dolor durante las relaciones sexuales. Otros síntomas son ardor al orinar, ganas de orinar frecuentes o con urgencia, y no poder controlar el flujo de orina. La atrofia vaginal se presenta con mayor frecuencia en las mujeres que ya pasaron por la menopausia natural o que padecen de menopausia precoz debido a ciertos tipos de tratamientos contra el cáncer (como radioterapia dirigida a la pelvis o quimioterapia) o en las mujeres sometidas a extracción quirúrgica de los ovarios. También se llama vaginitis atrófica.
Para su tratamiento suelen recomendarse unguentos y cremas tando de base hormonal como no hormonal.
Según wikipedia en Inglés:
La vaginitis atrófica es la inflamación crónica y progresiva de la vagina (y del tracto urinario inferior) debido al adelgazamiento y la contracción de los tejidos vaginales y, a menudo, se acompaña de patologías vulvar y urinaria. Estos síntomas se deben a la falta de la hormona reproductiva estrógeno. Aproximadamente la mitad de todas las mujeres posmenopáusicas experimentan esto. Sin embargo, esta condición puede ocurrir en otras circunstancias que resultan en la disminución de estrógeno, como la lactancia materna y el uso de medicamentos. Se ha propuesto que los términos atrofia vulvovaginal y vaginitis atrófica sean reemplazados por el de síndrome genitourinario de la menopausia. La vaginitis atrópica tiene «un profundo impacto negativo en la calidad de vida de las mujeres posmenopáusicas». Las mujeres informan que redujeron «su disfrute de la actividad sexual» y disminuyeron su disfrute general de la vida.
Una invetigación reciente publicada en la revista JAMA y un editorial acompañante abordan este problema. Een MEDPAGETODAY se presenta un comentario a estos dos artículos y se traduce completo a continuación:
Según los investigadores, el estradiol vaginal no fue mejor que el gel o el placebo para aliviar los síntomas vulvovaginales relacionados con la menopausia.
De acuerdo con el ensayo clínico aleatorizado que comparó las bajas dosis de estradiol vaginal, la crema hidratante vaginal y el placebo, todos los grupos tuvieron reducciones promedio similares en la puntuación de gravedad para la mayoría de los síntomas vulvovaginales molestos después de 12 semanas, como sigue:
Estradiol: -1,4 (IC del 95%: -1,6 a -1,2)
Hidratante: -1.2 (-1.4 a -1.0)
Placebo: -1.3 (-1.5 a -1.1)
El estudio, publicado en JAMA Internal Medicine y dirigido por Caroline M. Mitchell, MD, del Hospital General de Massachusetts en Boston, encontró que el puntaje total promedio en el Índice de Función Sexual Femenina también tuvo mejoras similares al comparar estradiol con placebo (5.4, 4.0 -6.9 vs 4.5, 2.8-6.1, P = 0.64) y crema hidratante en comparación con placebo (3.1, 1.7-4.5 versus 4.5, 2.8-6.1; P = 0.17).
Los investigadores declararon que «Las recomendaciones para el tratamiento del síndrome genitourinario de la menopausia se centran principalmente en los productos vaginales» y agregaron que la crema vaginal de estrógenos puede proporcionar alivio para la mayoría de las mujeres con síntomas como sequedad vaginal, picazón, dolor y ardor: «Aunque los médicos a menudo recomiendan lubricantes vaginales, existen pocos estudios que respalden esta recomendación».
El ensayo incluyó 302 mujeres posmenopáusicas, 102 de las cuales fueron aleatorizadas para recibir Vagifem 10 μg de tableta de estradiol diariamente durante 2 semanas y dos veces a la semana, además del gel placebo, 100 mujeres que recibieron una tableta de placebo además del medicamento de venta libre sin receta crema hidratante Replens, y 100 mujeres que recibieron placebo doble.
Los efectos del tratamiento se determinaron con base en cuestionarios, que incluyen un puntaje compuesto de síntomas vaginales, índice de función sexual femenina, índice de maduración vaginal (VMI), puntaje de angustia sexual femenina, pH vaginal, así como satisfacción con el tratamiento y beneficio significativo. El resultado primario del estudio se midió como una disminución en la gravedad del síntoma más molesto después de 12 semanas.
Entre el grupo, el 60% informó de dolor al inicio de la penetración vaginal, que fue el síntoma más común informado.
El cumplimiento global del tratamiento fue relativamente alto, 94% de los cuales fueron adherentes a la tableta y 90% adherentes al gel, y no difirió significativamente entre los grupos de tratamiento.
Más mujeres que estaban en el grupo de tratamiento con tableta de estradiol tuvieron un cambio en el pH en comparación con placebo, marcado por un pH de más de 5 al inicio hasta 5 o menos después de 12 semanas (46% versus 12%, P <0.001). Este grupo también observó un aumento mayor en las células superficiales VMI en comparación con el valor inicial (57% versus 11%, P <0.001).
Sin embargo, más mujeres en este grupo también informaron de un «beneficio significativo» del tratamiento, a pesar de que no hubo variaciones importantes en los resultados del tratamiento (80% versus 65% [placebo], p = 0,02).
«El presente estudio comparó cada uno de los tratamientos activos con la combinación de la tableta de placebo o el gel de placebo solamente, renunciando a la oportunidad de confirmar o excluir un efecto diferencial razonable entre los tratamientos activos», dijeron los autores de un comentario invitado, Alison J. Huang, MD, de la Universidad de California, San Francisco, y Deborah Grady, MD, del Sistema de Atención Sanitaria de Veteranos de San Francisco.
Luego sugirieron un tipo diferente de diseño del ensayo que podría haber arrojado resultados más beneficiosos para la práctica cotidiana: «Una evaluación rigurosa paralela de los tratamientos vaginales hormonales y no hormonales posiblemente tenga el potencial de proporcionar nuevos conocimientos en la atención clínica, especialmente cuando sea realizado por investigadores sin ninguna afiliación con los fabricantes del producto usado en el tratamiento «.
Huang y Grady agregaron que los hallazgos no fueron particularmente sorprendentes con respecto al gel de venta libre, ya que el gel placebo utilizado para comparar el humectante-lubricante (*) Replens tenía una viscosidad y un pH que eran similares a los de Replens e incluían ingredientes similares a los de los lubricantes vaginales. Sin embargo, según el comentario, el hallazgo en las tabletas vaginales de estradiol «proporciona nuevos datos intrigantes para reevaluar el énfasis actual sobre el estrógeno en el tratamiento de los síntomas vulvovaginales posmenopáusicos» y, por lo tanto, cuestiona el enfoque de «largo plazo» sobre la terapia de estrógenos vaginales.
Finalmente, el grupo de investigación sugirió que los proveedores guíen a los pacientes con estos síntomas a tratamientos «basados en el costo y la preferencia de formulación», mientras que Huang y Grady sugieren que las mujeres elijan «el humectante o lubricante más barato disponible sin receta médica» – al menos hasta que exista nueva evidencia que sugiera que hay algún beneficio en hacer lo contrario.
Fuente Principal
JAMA Internal Medicine
Fuente Secundaria
JAMA Internal Medicine
* Los hidratantes tienen como objetivo mantener una humedad más o menos constante en la vagina que ayude a su estabilización natural, formulados para utilizar de un modo continuo e incluirlos en nuestros cuidados habituales. Además se pueden utilizar durante las relaciones sexuales y para el uso de ejercitadores pélvicos y estimuladores.
* Los lubricantes están pensados para utilizar esporádicamente. Sólo durante las relaciones sexuales. Facilitan la penetración y reducen la posibilidad de lesiones en la vagina o el pene o de rotura del preservativo. Su fórmula es diferente a la de los hidratantes (pueden contener azúcares en su composición, glicerina, mentol…) ya que están pensados únicamente para uso lúdico y no para uso habitual.