recuadro1

recuadro2

Retirada o deprescripción de estatinas

Cuando el médico y el paciente acuerden que no hay beneficio clínico o los riesgos son mayores que los beneficios potenciales, debe suspenderse el tratamiento.

La deprescripción debe considerarse:

    • Cuando los beneficios potenciales ya no son clínicamente significativos

    • En pacientes con deterioro físico grave, deterioro cognitivo o corta esperanza de vida, ya que la reducción del riesgo de eventos CV o la mortalidad no sería relevante

    • En pacientes con efectos adversos (miositis, rabdomiolisis o fallo hepático grave)

    • En pacientes con signos o síntomas compatibles con efectos adversos debidos a estatinas (mialgia, aumento de transaminasas moderado-grave, deterioro cognitivo o fatiga)

    • En pacientes sin enfermedad cardiovascular previa que necesiten tratamiento con fármacos que interaccionan con estatinas  (se incrementa  el riesgo de toxicidad)

En pacientes ancianos en tratamiento con estatinas se recomienda:

    • En prevención primaria, valorar la necesidad de continuar con el tratamiento

    • En prevención secundaria, utilizar tratamiento de intensidad moderada y evitar la utilización de terapia intensiva; si fuera necesario, disminuir la dosis o cambiar de estatina

¿Qué estatina elegir?

Simvastatina se considera actualmente la estatina más eficiente. A dosis de 20-40 mg se obtiene máxima eficacia y mínimos efectos adversos. Rosuvastatina no ha demostrado ser mejor que atorvastatina, su balance beneficio riesgo ha sido cuestionado y hay autores que llegan a reclamar su retirada del mercado Pitavastatina carece de datos de eficacia en morbimortalidad cardiovascular.