Fuente: The Conversation:The rise of ‘eco-anxiety’: climate change affects our mental health, too

 

Esta historia es parte de Covering Climate Now, una colaboración global de más de 250 medios de comunicación para fortalecer la cobertura de la historia climática.

La Asociación Médica Australiana (AMA) declaró recientemente que el cambio climático es una emergencia sanitaria, lo que refleja posiciones similares adoptadas por una lista cada vez mayor de los organismos médicos más importantes de todo el mundo.

La declaración de la AMA destaca los impactos significativos que el cambio climático está teniendo en la salud física, incluyendo un aumento de las muertes relacionadas con el clima. La Organización Mundial de la Salud considera que el cambio climático es «la mayor amenaza para la salud mundial en el siglo XXI».

Pero la declaración también saca de las sombras el muy importante tema de la salud mental.

El cambio climático puede afectar la salud mental de las personas de varias maneras, tanto directa como indirectamente.

Sabemos que experimentar eventos climáticos extremos es un factor de riesgo para la enfermedad mental. Y muchos miles de personas en todo el mundo se ven desplazadas de sus hogares como consecuencia de los fenómenos climáticos, lo que las expone a un riesgo aún mayor de contraer enfermedades mentales.

De manera más general, las personas que se sienten angustiadas por el estado del planeta pueden encontrarse en una espiral de lo que se ha denominado «ansiedad ecológica».
Eventos climáticos extremos y angustia psicológica

Los fenómenos meteorológicos sin precedentes en toda Australia ya están demostrando efectos claros y devastadores en la salud mental de los australianos, en particular en las zonas rurales, que son las más afectadas por las sequías, los incendios y las inundaciones no estacionales.

Estos fenómenos meteorológicos extremos han provocado la pérdida de viviendas, tierras y medios de subsistencia. La investigación ha encontrado que estas experiencias están teniendo un impacto psicológico significativo en los agricultores australianos, que sienten que su sentido de lugar y su identidad están bajo amenaza. Mientras tanto, hemos visto un aumento en las tasas de suicidio entre las comunidades rurales.

En otras partes del mundo, las investigaciones también muestran que ser afectado por eventos climáticos extremos es un factor de riesgo importante para la enfermedad mental. Esto fue evidente, por ejemplo, después del huracán Katrina en los Estados Unidos.

Cómo afecta el cambio climático a los componentes básicos de la salud

Desplazamiento relacionado con el clima

Se prevé que los cambios ambientales a largo plazo, incluida la transformación de tierras fértiles en desiertos, la erosión del suelo y las costas, y el aumento del nivel del mar, provocarán desplazamientos a gran escala, un importante factor de riesgo de enfermedades mentales.

Las estadísticas mundiales ya calculan que en 2017 la mayoría de las personas obligadas a abandonar sus hogares en todo el mundo fueron desplazadas como consecuencia de desastres relacionados con el clima.

Los padres a veces se preocupan de cómo el cambio climático afectará las vidas de sus hijos en el futuro.

En Australia, las islas bajas como las del Estrecho de Torres están a la vanguardia de esta realidad, y ya se están estudiando planes de reubicación.

En los extremos, la realidad de la inestabilidad social inducida por el clima ya es tangible en numerosos países, y la región de Asia y el Pacífico se considera de alto riesgo.
El temor existencial al cambio climático

Para muchos australianos, el temor existencial a lo que les depara el futuro frente al cambio climático está teniendo efectos documentados en su salud mental. La juventud australiana ha sido ejemplar al expresar su desesperación y «eco-ansiedad» en torno al previsible deterioro de nuestro planeta.

Para aquellos que son demasiado jóvenes para tener voz, los padres están sintiendo ansiedad y angustia en su nombre. Las mamás y los papás están bajo presión para inculcar valores como el cuidado del medio ambiente, mientras se preocupan por el futuro del planeta que están dejando a sus hijos.

Olas de calor relacionadas con el aumento de las tasas de suicidio en Australia

Y esta narrativa emergente de cómo el cambio climático está afectando la salud mental de las personas no está completa. Las relaciones entre los fenómenos climáticos y la salud mental son complejas y no siempre aparentes.

Se ha observado que el calor extremo es perjudicial para múltiples aspectos de la salud mental y el bienestar. Los datos de Australia Meridional demuestran que los días calurosos se asocian con un aumento de los ingresos hospitalarios por trastornos mentales y conductuales.

Otras investigaciones han encontrado que los picos de temperatura se asociaron con mayores tasas de suicidio en Sydney, Melbourne, Brisbane y Hobart.

Un impacto menos obvio surge de la fuerte conexión entre el estado nutricional y la salud mental. Los impactos relacionados con el clima en la agricultura conducen a una menor disponibilidad de alimentos nutritivos, y una ingesta nutricional deficiente puede afectar a la salud mental.

Entonces, ¿qué se puede hacer?

 

La reciente declaración de la AMA se ha hecho eco de los llamamientos de otras asociaciones médicas en favor del liderazgo de una estrategia nacional para la salud y el cambio climático. Pero, ¿qué podemos hacer para proteger a las personas de los desafíos de salud mental relacionados con el cambio climático?

Hacer todo lo que podamos para reducir la progresión del cambio climático es una forma clara de abordar esta cuestión.

Pero con el conocimiento de que la crisis climática sólo está aumentando, algunas respuestas prácticas se centrarán en preparar el sistema de salud para el cambio climático. Esto debería incluir una mayor conciencia de los efectos del cambio climático en la salud mental en los sectores comunitario, privado y gubernamental.

También será importante invertir en las zonas donde los servicios de salud mental no cuentan con suficientes recursos, que suelen ser las zonas rurales donde los efectos del cambio climático sobre la salud mental son probablemente más graves.

Un pequeño pero significativo consuelo es la conciencia pública que se está generando a través del trabajo incansable de los grupos de defensa y la cobertura mediática intencionada de las historias personales de angustia de los agricultores.

Las estrategias de adaptación al cambio climático están en su infancia, pero ya estamos viendo algunos programas dirigidos a fortalecer a las comunidades, en particular a las comunidades rurales más afectadas por la sequía.

No habrá una solución única para abordar los impactos del cambio climático en la salud mental; será necesaria una perspectiva amplia y una serie de acciones. A medida que la crisis climática continúe desentrañándose en Australia y en el mundo, esto requerirá un fuerte liderazgo y un pensamiento innovador.